¿Quién redacta nuestros artículos?
Quién está detrás de cada texto
Redactar contenido técnico especializado no puede dejarse al azar. Para garantizar rigor y utilidad real, el redactor debe conocer la materia y haberla vivido en la práctica. En Comunika, esa responsabilidad recae en Mauricio Luque, licenciado en Derecho, ex abogado y propietario de una pequeña asesoría fiscal-laboral-contable. Esta combinación —formación jurídica y gestión diaria de clientes— aporta un criterio que un periodista generalista, un ingeniero reconvertido o un becario que escribe a destajo para blogs de reseñas no pueden replicar. Mauricio vistió con toga en los Juzgados durante ocho años, ha tratado con la AEAT y la TGSS, ha explicado liquidaciones complejas a pymes, ha preparado escritos y ha gestionado cierres contables; sabe qué preocupa al cliente, qué exige la norma y dónde están los riesgos.
Esa experiencia concreta se traduce en textos que distinguen entre lo interesante y lo verdaderamente relevante: plazos, documentación, incompatibilidades, consecuencias económicas y vías de actuación. No redactamos para impresionar a colegas, redactamos para ayudar a decidir a los clientes. Por eso priorizamos estructuras claras (qué cambia, a quién afecta, qué hacer ahora), ejemplos numéricos sencillos y citas a fuentes oficiales cuando aportan valor. La mirada del profesional en activo evita dos peligros habituales: la trivialización (quedarse en titulares) y la sobretecnificación (convertir el post en un informe pericial). Buscamos el punto medio: máxima precisión compatible con la lectura pública.
Además, respetamos el papel del abogado y del asesor como pieza esencial del funcionamiento social y económico. Su trabajo protege derechos, ordena obligaciones y previene riesgos; merece un tratamiento editorial a la altura. Esa consideración guía nuestras decisiones de estilo: tono respetuoso, advertencias prudentes cuando procede y disclaimers que separan la divulgación del asesoramiento personalizado. En definitiva, cada artículo que firmamos está anclado en práctica profesional real, no en un “manual de titulares”.
Inteligencia artificial bien dirigida y siempre supervisada
En 2025, escribir sin apoyarse en inteligencia artificial es, efectivamente, como negarse a usar el teléfono para hablar a distancia. La IA acelera tareas, sugiere enfoques y permite explorar variantes útiles. Pero solo funciona cuando se le dan instrucciones rigurosas. En Comunika no pedimos “un artículo sobre X” y esperamos milagros: trabajamos con prompts altamente definidos que fijan el perímetro del contenido antes de escribir una sola línea.
Nuestros encargos incluyen, como mínimo, cinco bloques: (1) objetivo de negocio (captar consulta, informar de un cambio, fidelizar), (2) público (autónomos, pymes, particulares; nivel de conocimiento previo), (3) alcance territorial y temporal (estatal o autonómico; norma vigente y fecha), (4) tono y profundidad (divulgativo con terminología controlada o técnico moderado) y (5) fuentes (BOE, AEAT, TGSS, CNMV, DGT, doctrina o jurisprudencia aplicable). Con ello, la IA no “improvisa”: redacta dentro de un marco semántico y estilístico ajustado a la realidad del lector.
Aun así, ningún texto se publica sin supervisión humana. Aplicamos una revisión en dos capas. La primera es técnica: verificación de artículos y disposiciones citadas, contraste de importes, plazos y umbrales y comprobación de que no se induce a interpretaciones de riesgo. La segunda es editorial: claridad, orden, ejemplos, llamadas a la acción y coherencia con la voz de marca. De forma específica, buscamos y corregimos posibles alucinaciones (inventos de la IA cuando faltan datos). Si una afirmación no se puede respaldar con una fuente fiable y vigente, se reescribe o se elimina. Cuando el asunto es controvertido, se explicita la prudencia: qué dice la norma, qué interpreta la Administración y dónde hay margen de discusión.
La IA es, así, un multiplicador de productividad, no un sustituto del criterio profesional. Nos ayuda a explorar alternativas de título, ordenar argumentos o generar borradores iniciales, pero la responsabilidad final es humana. Gracias a este flujo de trabajo, entregamos artículos consistentes, más rápidos y mejor alineados con tus objetivos, manteniendo el rigor que exige un sector donde un matiz puede cambiar el desenlace.
Tono divulgativo que capta clientes, no una revista para especialistas
El blog de una asesoría o un despacho no es una revista del colegio profesional. Es el escaparate de un servicio: debe acreditar solvencia y, a la vez, ser comprensible para quien no domina la jerga. Por eso nuestros artículos adoptan un tono divulgativo y periodístico: priorizan la utilidad del lector, narran con orden, evitan latinajos innecesarios y sitúan la precisión terminológica en el lugar que le corresponde (cuando de verdad aporta). El objetivo es que el visitante piense: “lo he entendido, sé qué pasos dar y confío en que este equipo puede ayudarme”.
Esto no implica rebajar la profesión. Al contrario: honra la función social de abogados y asesores al traducir su conocimiento a decisiones prácticas que protegen a personas y empresas. Si la cuestión lo requiere, incorporamos el término técnico exacto —porque a veces es imprescindible—, pero lo acompañamos de una explicación en lenguaje común y un ejemplo. Si se trata de un cambio normativo, la pieza abre con el impacto real (“qué cambia para ti”), continúa con plazos y documentación, e incluye alertas claras (“ojo con las incompatibilidades” o “esta vía exige informe previo”). Cada artículo conduce a una acción proporcionada: solicitar una revisión, agendar una consulta o descargar una checklist. Así el blog cumple su finalidad: informar, generar confianza y convertir visitas en clientes.
No confundimos, por tanto, canales: los dictámenes, informes y escritos técnicos pertenecen al ámbito profesional y se redactan con toda la precisión que exige el foro adecuado. El blog es otra cosa: un puente entre tu especialidad y la necesidad del usuario. Un puente bien construido acerca, no aleja. Nuestra promesa editorial es mantener ese equilibrio: rigurosos para sostener tu reputación, claros para impulsar tu negocio. En una frase: artículos escritos por una persona con conocimientos técnicos, apoyados en inteligencia artificial bien dirigida y sometidos a revisión humana, diseñados para que asesorías y despachos transformen las visitas de su web en consultas reales.
Si buscas contenidos que protejan tu prestigio y a la vez impulsen tu captación, en Comunika.es estaremos encantados de ayudarte a mantener un blog vivo, útil y alineado con la alta responsabilidad que ejercéis cada día.